En muchas ocasiones se atribuyen los problemas de sueño a la dentición. Sin embargo, diferentes investigaciones muestran que la aparición de los dientes no afecta el sueño tanto como suele creerse.
De hecho, los niños que descansan bien manejan la incomodidad de la dentición mucho mejor que aquellos que no duermen como deberían. Si crees que la dentición de tu peque puede interrumpir su sueño, lo mejor que puedes hacer por él es ser constante con su rutina.
Te aconsejo que mantengas las mismas reglas que has marcado para su horario de irse a dormir y para las siestas, al tiempo que le suministras un alivio contra el dolor en forma de gel o fármacos (pero recuerda siempre hablar con vuestro pediatra antes de darle cualquier remedio contra el dolor).
Le saldrán los dientes durante la mayor parte de sus dos primeros años de vida. Si cambias las reglas y su rutina cada vez que ves (o te parece ver) aparecer un diente, nunca conseguirás que la rutina de su sueño sea constante y solo conseguirás confundirlo más y más. Recuerda que basta con una o dos noches en las que no se cumplan las reglas para que tu bebé comience a despertarse de nuevo cuando no debería.