Como ya habrás podido comprobar, intentar establecer una rutina y llevar unos horarios es tarea casi imposible con un bebé durante los primeros meses de vida.
La razón es muy sencilla, necesitan comer y dormir a pequeños intervalos de tiempo para poder desarrollarse y madurar a todos los niveles.
El recién nacido necesita un tiempo de adaptación al nuevo mundo que le rodea, muy diferente al confort del vientre de mamá. Imaginad pasar de un mundo cálido y totalmente protegido a un mundo frío, expuesto y donde tienes que alimentarte de forma diferente.
¡Es para protestar!
Por esta razón las primeras semanas de vida son un tanto caóticas para toda la familia.
Al nacer, un bebé no tiene su reloj biológico desarrollado y por eso no distingue entre el día y la noche. El Sueño de los bebés es bifásico, pasa por solo dos fases, REM y nREM (sueño profundo). La duración de las fases son de 50/60 minutos y suelen despertarse al tèrmino de cada una de ellas. Este tipo de sueño le permite mantenerse alerta en el entorno que le rodea, asegurándose de esta forma el alimento y el contacto seguro de mamá.
¡Pura supervivencia !
Por otro lado y sin duda unos de los datos más importantes que como padres hay que saber, es entender por qué en el sueño de los bebés prevalece la fase de sueño REM.
Durante esta fase de sueño es donde más sinapsis y conexiones neuronales se producen, lo que le permite al bebé interiorizar las experiencia vividas mientras están despiertos.
Su desarrollo cognitivo y neurológico está en pleno desarrollo y el mundo lleno de estímulos que procesar, por eso no es de extrañar que la forma de hacerlo sea mientras duermen.
Durante los primeros meses de vida y a través de los factores de su entorno, su cuerpo irá desarrollándose, empezará a asociar la luz con el día y la oscuridad con la noche, segregará las hormonas que toca en cada momento (cortisol-melatonina) y formará el ciclo vigilia-sueño a partir de los 4 meses.
Por esta razón, antes de los 5 meses puede resultar muy frustrante intentar mantener un horario más o menos normal. Es a partir de entonces cuando es el momento de crear unos buenos hábitos de sueño para vuestro bebé gracias a un buen horario y a una rutina consistente.
Para esta primera etapa con vuestro bebé os damos algunos consejos para ayudarle a dormir y favorecer su descanso:
1-Debería dormir una media de entre 16 horas y 18 horas a lo largo del día.
2- Podéis utilizar técnicas para calmar a vuestro hijo y que concilie el sueño de una manera más natural y sin estrés como el swaddle o arrullo.
El arrullo ayuda a tu bebé desde el primer día a tranquilizarse, sentirse seguro y protegido y por lo tanto a conciliar el sueño. Le recuerda la posición que tenía en el vientre materno y evita que los movimientos involuntarios le sobresalten y despierte si está dormido.
Es el aliado perfecto para ayudar a dormir a vuestros bebé de forma relajada y placentera durante los primeros meses de manera independiente.
3- El balanceo y el contacto físico es fundamental para su bienestar emocional y una buena vinculación afectiva.
4- Usa ruido blanco, ayuda a que tu bebé duerma mejor porque contiene todas las frecuencias sonoras al mismo nivel de potencia, anulando el resto de sonidos externos y favoreciendo el sueño profundo del bebé. Es recomendable usarlo cada vez que le pongáis a dormir y especialmente cuando esté más nervioso.
5- Tened muy presentes los tiempos de vigilia que vuestro bebé puede permanecer despierto, la sobre estimulación impide que pueda conciliar el sueño y que se muestre mucho más irritable.
Os dejamos una tabla de tiempos de vigilia según la edad de tu bebé:
Edad | Tiempo despierto |
0- 4 semanas | 45-90 minutos |
4 – 8 semanas | 60-90 minutos |
8- 12 semanas | 1-2 horas |
12-16 semanas | 1’5-2’5 horas |
4- 6 meses | 2-2’5 horas |
Nuestro Objetivo, Vuestro Descanso