A los 2 años, los niños pequeños, empiezan a ser plenamente conscientes de su individualidad como seres independientes de sus padres, un camino que comenzó sobre los 7/9 meses. Esta etapa es conocida con muchos nombres: Autoafirmación, Terribles 2 ó incluso “La primera adolescencia”.
Sentirás que su energía no tiene fin, ha ido adquiriendo multitud de habilidades a todos los niveles pero sobre todo en autonomía, quieren hacerlo todos solit@s. Esta independencia suele chocar con las normas establecidas por los padres y es normal que se produzcan rabietas. Las rabietas son totalmente evolutivas dentro de su necesidad de autoafirmación, de hecho suelen tenerlas aunque la actividad que le ofrezcáis sea su favorita.
Te dirá claramente que “No”.
Esto ocurrirá también cuando llegue el momento de la siesta o la hora de irse a dormir. A los dos años aún necesitan una siesta, ya que su ventana de sueño estaría en 5/6 horas máximo, después de ese tiempo su cerebro secretaría cortisol para permanecer despierto, pero estará mucho más cansado, más irritable y las rabietas estarán a la orden del día por todo.
La hora de dormir se convertirá en un desplegable de excusas para alargar o evitar ese momento: quiero hacer pis, quiero agua, tengo hambre, tengo pupa, me pica, otro cuento más, etc. Hay que entenderles, es mucho más divertido jugar con mamá o papá que dormir, pero como padres hay que establecer los límites.
Consejos que te ayudarán en esta regresión
- Mantén el horario y rutina estructurada para ir a dormir, en este momento evolutivo saber qué esperar evita muchos conflictos y le aporta seguridad.
- La constancia es la clave.
- Aún necesita una siesta, favorece y crea una buena rutina para ella.
- Recuerda que es un periodo transitorio, mantén la calma.
- No hagas lo que antes no hacías para dormirse, como crear un apoyo de sueño, lo puedes convertir en un nuevo hábito. Las normas y límites puestos desde el amor y el afecto son los más efectivos.