La alimentación de un bebé es junto con el sueño temas que generan muchas dudas y preocupan a los padres, de hecho están muy relacionados y van de la mano a partir del sexto mes de vida.
Es a partir de los 6 meses cuando un bebé si a nivel fisiológico y pediátrico todo es correcto, no necesita comer por la noche coincidiendo justo con la introducción de la alimentación complementaria.
¿Qué ocurre a los seis meses para que sucedan tantos cambios?
Sin duda nuestro bebé se va haciendo mayor, su interacción con los adultos y el entorno, cambia, los balbuceos comienzan a tener una intencionalidad comunicativa y comienza a coger objetos con las manos y llevárselos a la boca, está en plena etapa oral del desarrollo y a nivel motor hay un gran avance, comienzan a darse la vuelta solos y consiguen uno de los grandes hitos del desarrollo, permanecer sentados con o sin apoyos aunque cada bebé llevará su propio ritmo.
Todos estos avances son indicadores de que el bebé está preparado para probar cosas nuevas referentes a la alimentación. Hasta este momento la leche, materna o artificial, ha sido su único alimento y la alimentación complementaria, como su nombre indica, es un complemento de la leche hasta los 12 meses como aconseja la OMS. A partir de los 6 meses los bebés necesitan comenzar a comer alimentos diferentes a la leche para cubrir sus nuevas necesidades nutricionales.
La introducción de estos nuevos alimentos debe hacerse de forma progresiva y evitando siempre los alimentos prohibidos, peligrosos y con alto componente alérgeno.
En los últimos años hay un método que ha cobrado especial relevancia en la introducción de la alimentación complementaria que difiere del método tradicional de dar purés. Se llama Baby-led-Weaning (BLW) y propone la introducción de alimentos enteros que el bebé es capaz de coger y llevárselos a la boca de manera autónoma.
Las ventajas del BLW son una participación más activa del bebé en su alimentación y un mejor trasvase a los alimentos sólidos pero también generan dudas sobre déficits nutricionales y los temidos atragantamientos.
Es recomendable siempre que los niños compartan las comidas con la familia, y que disfruten de los mismos alimentos y preparaciones con algunas adaptaciones según la edad.
En Lulla queremos ayudar a favorecer el desarrollo integral del bebé y está técnica o manera e introducir los alimentos favorece el desarrollo del bebé por muchas razones que pasaremos a desglosar y que den respuesta a vuestras dudas para llevarlo a cabo con eficacia y seguridad.
La alimentación adecuada del niño a partir del año de edad y hasta los 3 años se basará en una propuesta alimentaria variada, suficiente, equilibrada e individualizada, de acuerdo con la constitución del niño y las indicaciones pediátricas, con el fin de asegurar un crecimiento y desarrollo óptimos.